Alguna vez escuché a un profesor economista halagar los beneficios de sus fríos números. En su opinión, las cifras muestran, en algunos casos, una gélida realidad que no puede ser debatible por tus “argumentitos” jurídicos, me comentó.
Nada más cierto profesor, y permitiéndome aterrizar su comentario en la triste realidad que padecen desde hace más de 2 meses los hermanos peruanos del sur, debo reconocer que las cifras que usted tanto halaga han reflejado la triste ineficacia y carencia organizacional de nuestros políticos (eso sí, expertos en “argumentuchos” jurídicos).
Cifras del Terremoto: El sismo de 7,9 grados Richter dejó el 15 de agosto pasado 595 muertos, más de 300 desaparecidos (honestamente contémoslos como muertos también, ¿no creen?), 1.300 heridos y 75.000 viviendas destruidas o inhabitables en la costa central peruana.
La terrible situación antes descrita, poco o nada ha cambiado en estos paupérrimos últimos 60 días. Basta con mirar la pobreza, el hacinamiento y la lentísima reconstrucción de ciudades como Pisco y Chincha (ni que decir de los alrededores) para darnos cuenta que algo nos falta (organización) y algo nos sobra (politiquería). Señores del gobierno central (Julio Favre en el FORSUR) y regional (Rómulo Triveño), ha llegado la hora en la que olvidándonos de afanes de protagonismo político, coordinemos y organicemos una más rápida reconstrucción de estas ciudades y de su gente.
Cifras de Ayuda Internacional: Estas ricas tierras fueron por aproximadamente 3 siglos (280 años) el principal motor que impulsó a España a ser considerada la Corona más importante por muchos siglos en Europa. Hoy por hoy, los españoles se han consolidado como el pueblo que más apoyo ha brindado a los damnificados del sur pues en forma solidaria, rápida y eficaz, España donó 130 toneladas de ayuda de emergencia (a pocos días de ocurrido el desastre) y recientemente se ha comprometido en entregar 40 millones de dólares para la ansiada reconstrucción de las zonas devastadas.
Nada más cierto profesor, y permitiéndome aterrizar su comentario en la triste realidad que padecen desde hace más de 2 meses los hermanos peruanos del sur, debo reconocer que las cifras que usted tanto halaga han reflejado la triste ineficacia y carencia organizacional de nuestros políticos (eso sí, expertos en “argumentuchos” jurídicos).
Cifras del Terremoto: El sismo de 7,9 grados Richter dejó el 15 de agosto pasado 595 muertos, más de 300 desaparecidos (honestamente contémoslos como muertos también, ¿no creen?), 1.300 heridos y 75.000 viviendas destruidas o inhabitables en la costa central peruana.
La terrible situación antes descrita, poco o nada ha cambiado en estos paupérrimos últimos 60 días. Basta con mirar la pobreza, el hacinamiento y la lentísima reconstrucción de ciudades como Pisco y Chincha (ni que decir de los alrededores) para darnos cuenta que algo nos falta (organización) y algo nos sobra (politiquería). Señores del gobierno central (Julio Favre en el FORSUR) y regional (Rómulo Triveño), ha llegado la hora en la que olvidándonos de afanes de protagonismo político, coordinemos y organicemos una más rápida reconstrucción de estas ciudades y de su gente.
Cifras de Ayuda Internacional: Estas ricas tierras fueron por aproximadamente 3 siglos (280 años) el principal motor que impulsó a España a ser considerada la Corona más importante por muchos siglos en Europa. Hoy por hoy, los españoles se han consolidado como el pueblo que más apoyo ha brindado a los damnificados del sur pues en forma solidaria, rápida y eficaz, España donó 130 toneladas de ayuda de emergencia (a pocos días de ocurrido el desastre) y recientemente se ha comprometido en entregar 40 millones de dólares para la ansiada reconstrucción de las zonas devastadas.
Además colaboraron Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, México, Estados Unidos, Venezuela, Colombia, Alemania, Canadá, Japón, China, Corea del Sur, Australia, Bélgica y Francia, Suecia, Suiza, Holanda, República Checa, Grecia, Israel, Italia, Argelia, Marruecos, Tailandia, así como la Unión Europea, el Vaticano y organismos e instituciones internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo, GTZ de Alemania y Unesco, entre otros.
A todos estos países y organizaciones, y sin importar la cifra de la ayuda, infinitas gracias. Esperemos que nuestros políticos aprendan a canalizar mejor su muy valioso apoyo.
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