Geográficamente resulta imposible concebir el cruce de leones africanos con tigres asiáticos. Ambas fieras, que llegan a medir más de 3 metros y devorar sin mucho esfuerzo varios kilos de carne al día, solo pueden procrearse mediante la intervención de la pervertida mano del hombre que los junta para hacerlos combatir o para reproducirlos. Así, este pérfido pero curioso experimento ha culminado en la creación de dos nuevas y exóticas especies (ambas híbridas) que les presento a continuación: El primero y más impactante es el “Ligre”. Este animal, que es el producto del cruce de un león y una tigresa, tiene un aspecto parecido al de un gigantesco león con algunas manchas de tigre difusas a lo largo del cuerpo. Increíblemente, el “Ligre” es un felino que nunca deja de crecer debido a que no hereda el gen inhibidor del crecimiento que se transmite por vía materna en los leones y paterna en los tigres, pudiendo en promedio superar los 4 metros. Todos los machos “Ligres” son estériles y solo algunas hembras pueden ser fértiles pudiendo reproducirse con tigres (“ti-ligre”), o con un león (“le-ligre”).
El segundo (menos atractivo por cierto) es el “Tigón”. El cual resulta del cruce entre un tigre y una leona, y que, valgan verdades, produce un animal feo, pequeño y desgarbado (siempre estériles sin importar el sexo) poco imponente (muy impotente) y por ende muy poco buscado por empresarios circenses y dueños de zoológicos.
¡Provecho!
Muy interesante.
1 comentario:
es algo loco
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